No hubo en la producción cinematográfica de 2016 –y si la hubo no la vi– una secuencia tan genuinamente perturbadora como la que Tom Ford construye en torno al preámbulo que acabo de relatar. En Nocturnal Animals Ford entierra la impecable delicadeza estética y narrativa exhibida siete años atrás en su brillante ópera prima, A Single Man, para someter al espectador a una dolorosa tortura psíquica fundamentada en la esencia del horror primigenio: la noción de que algo está fuera de lugar y la imposibilidad de discernir sus causas.
Una famosa dealer de arte –extraordinaria Amy Adams– recibe por correo el manuscrito de Nocturnal Animals: la primera novela de su ex esposo –el siempre impecable Jake Gyllenhaal–, a quien no ha visto en varios años, y con el que terminó su relación de forma violenta. La novela, que se muestra en pantalla en clave de metarrelato de acuerdo a lo que el personaje de Adams imagina mientras lee, es la violenta historia de un hombre ordinario que pierde a su familia en un aterrador incidente de tráfico y su posterior búsqueda de justicia/venganza. El meollo argumental radica en que dicha novela está lejos de ser una simple licencia narrativa dentro del relato principal, y las devastadoras razones por las que el personaje de Gyllenhaal dedica el manuscrito a su ex esposa salen a la luz en forma de un auténtico puñetazo al espectador. Golpe que Ford construye con una minuciosidad y un oficio directorial verdaderamente sobresalientes, apoyándose en un elenco francamente espectacular.
El cambio de registro que Ford presenta respecto a su ópera prima sorprende por su brutalidad estética. Mientras los personajes de A Single Man estaban eternamente enmarcados en un halo de pureza visual, los de Nocturnal Animals se debaten entre esa misma pureza –exhibida a través del falso mundo de aristocracia y éxito en el que se desenvuelve la protagonista– y la profunda suciedad estética y moral de los personajes que se plantean en la funesta novela. Lo interesante del asunto es que Ford –haciendo gala de inteligencia y meticulosidad en la construcción de sus atmósferas– fusiona esos dos mundos supuestamente antagónicos en un único y terrible universo, donde el ser humano es sinónimo ineludible de miseria sin importar que esté vestido con un par de jeans empolvados y ensangrentados, o enfundado en un prístino traje Tom Ford.
Ford ataca con una virulencia inusitada y valiente al mundo que mejor conoce: la aristocracia estadounidense; convirtiéndose la cinta en un potente revenge-film sobre la vacuidad del éxito, el inexplicable y aterrador origen de la maldad, y finalmente sobre el fracaso vital ligado a la inexistencia de la vida perfecta –concepto que pareciera regir las aspiraciones del mundo occidental, pero que en los ojos de Ford se presenta como una idea hermosa pero definitivamente inhumana–.
Clase magistral sobre el manejo del flashback y el metarrelato en un filme, Nocturnal Animals es una película técnica y narrativamente impecable –sólo objetaría un claro error lógico en la parte final de la sección relativa a la novela, aunque a final de cuentas siempre puede decirse que el personaje de Gyllenhaal no era tan buen escritor– que funciona como prueba irrefutable de lo que ya intuíamos años atrás: A Single Man no fue un golpe de suerte y Tom Ford es sin duda alguna uno de los directores más sobresalientes de su generación.
El cambio de registro que Ford presenta respecto a su ópera prima sorprende por su brutalidad estética. Mientras los personajes de A Single Man estaban eternamente enmarcados en un halo de pureza visual, los de Nocturnal Animals se debaten entre esa misma pureza –exhibida a través del falso mundo de aristocracia y éxito en el que se desenvuelve la protagonista– y la profunda suciedad estética y moral de los personajes que se plantean en la funesta novela. Lo interesante del asunto es que Ford –haciendo gala de inteligencia y meticulosidad en la construcción de sus atmósferas– fusiona esos dos mundos supuestamente antagónicos en un único y terrible universo, donde el ser humano es sinónimo ineludible de miseria sin importar que esté vestido con un par de jeans empolvados y ensangrentados, o enfundado en un prístino traje Tom Ford.
Ford ataca con una virulencia inusitada y valiente al mundo que mejor conoce: la aristocracia estadounidense; convirtiéndose la cinta en un potente revenge-film sobre la vacuidad del éxito, el inexplicable y aterrador origen de la maldad, y finalmente sobre el fracaso vital ligado a la inexistencia de la vida perfecta –concepto que pareciera regir las aspiraciones del mundo occidental, pero que en los ojos de Ford se presenta como una idea hermosa pero definitivamente inhumana–.
Clase magistral sobre el manejo del flashback y el metarrelato en un filme, Nocturnal Animals es una película técnica y narrativamente impecable –sólo objetaría un claro error lógico en la parte final de la sección relativa a la novela, aunque a final de cuentas siempre puede decirse que el personaje de Gyllenhaal no era tan buen escritor– que funciona como prueba irrefutable de lo que ya intuíamos años atrás: A Single Man no fue un golpe de suerte y Tom Ford es sin duda alguna uno de los directores más sobresalientes de su generación.
3 comentarios:
De acuerdo contigo! Es magistral las secuencias para describir y caracterizar a todos los personajes aún los secundarios, por ejemplo, el antagónico es hilarante y cínico la forma en q lo presenta sentado en el toilet,... así como describe al yuppie esposo de la protagonista!... Los similes estético de los personajes son fabulosos, como el de la madre e hija!!! Así como el antagonismo visual entre el asesino y el escritor!!! Me encantó!!!!! Y tu crítica también!!! Saludos!!!!
Hola Jesús, de nuevo por aquí.
Hoy pude ver el filme y tenia pendiente leerte cuando vi la publicación que hiciste en instagram. La verdad es que compartimos opinión, Tom Ford ha creado una obra magna. A continuación te comento algunos puntos.
SPOILERT ALERT
La novela esta dedicada a Susan (Se enfatiza mucho esto). Tom Ford, por igual enfatiza también la dualidad (Susan/Realidad y Tony/Ficción), pude ver planos homenajes (Quizás involuntarios) a Persona de Bergman, colocándo a estos personajes de forma paralela en la pantalla. Al final, Susan fue la débil, se fue por el camino fácil y se convirtió en lo que tanto odiaba, su madre. Mató (Figurativamente) a Edward cuando lo dejó y literalmente al hijo que abortó. Por esto quizás, la belleza de la toma de cuando encuentran los cuerpos, una forma de Edward describir lo que Susan asesinó. En la novela, la esposa de Tony siempre está tratando de salir de la situación y lucha contra los tipos, defendiendo siempre a Tony y a su hija. En la realidad, vemos esto con Edward, luchando por salvar su relación con Susan hasta al final, ella defiende la relación cuando habla con su madre, pero al final sucumbe y lo deja, lo mismo que pasa con Tony, intenta pero deja solas a su mujer e hija. Ambos cargan con ese peso emocional. Cuando en la novela, él intenta "arreglar" las cosas y matar a los tipos no lo logra del todo y se suicida por accidente, lo mismo que Susan quiere hacer en la realidad cuando intenta contactarse con él, pero tampoco lo logra. Este auto-suicidio, me parece una gran metáfora. Además de que Susan siempre le criticó que escribía sobre él. En este caso pareciera que es sobre él pero en realidad es todo lo contrario. Por esto, le afecta tanto cuando lee. De esta manera, Edward logra lo que quiere, vengarse de ella por lo que hizo.
También creo posee muchos actos de abstracción y la novela misma tiene detalles muy convenientes y Deus ex Machina. Por ejemplo, el cáncer del personaje de Shannon y el porqué el personaje del asesino se esconde en la misma casita de nuevo...Justicia poética?
En fin, todo un deleite, una película que funciona magistralmente como experiencia sensorial y también como un filme para hablar y debatir por horas, por su gran estructura narrativa y trasfondos psicológicos. Ansío verla de nuevo y darle una segunda lectura.
Un abrazo dominicano.
Smayle.
La película está tan bien lograda y te tortura a tal nivel que, aunque es hermosa, no quiero volver a verla.
Puntos extra por los créditos de apertura que no guardan relación lógica con la película hasta que termina la introducción del personaje de Amy Adams.
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